Wednesday, August 17, 2011

la herida y quedas como nueva


entonces disfrútalo
yo no soy
mejor sin ti
tu eres la misma sin mi
yo no soy
mejor contigo

encontrarte
desnudarte
todo viene continuo a tus pezones
tus pezones son como la letra Y
puedo decirte “tu y yo”
o puedo decir “tu pezones yo”

pude encontrar en lo más cercano de tu cabeza
que puedo ser yo mismo en cada dedo el amor

en tu corazón no se puede vivir
sin tener algo de sangre de algún dios
o tener tanta imaginación
como para hacerte feliz

Leer Más!

Wednesday, August 3, 2011

¿Dejar que otros hagan el amor por ti?

El Zapping, Sándor Márai y los somníferos
Por Rolando Tarajano

He comprobado que puedo vivir sin la televisión. Esa caja de imágenes automáticas que ataca la densidad de mi paciencia. La televisión tiene una fuerte relación con mis somníferos, se llevan bien, se confabulan, comulgan. Una acolita a los otros en su pútrida nocividad . El costo de dos buenos paquetes de somníferos es el mismo de una mensualidad de cable. ¿Qué te parece? Descubrí la trampa cabrona. Mi proveedor de píldoras para dormir parece decirle a su gran aliado, el proveedor del cable : este mes vamos bien, del putas..MADRE !!. Por eso tu comisión es generosa, gracias ¡!!. Se invitan al almorzar, se prestan putas finas, se regalan guantes de piel de cabritillo para jugar el golf de los ricos nuevos. No recuerdan el hambre, ni el hermoso Renault 4. Se mandan besos masculinos. Cortejan cada uno a la mujer del otro. Secreta, burdamente, como corresponde a su categoría… miserable. Solo en los últimos días han descubierto un pequeño detalle que va en su contra: La victima está leyendo de noche, y le va bien!

Les voy a explicar cómo funcionaba antes: me acuesto y comienzo a cambiar canales: cazadores de fantasmas verdosos que nunca se ven, ballenas casi extintas, idiotas de Wild on, películas manoseadas, telenovelas nacionales: ¡Historia antigua de la gastritis!, criminales, detectives, sangre en las alfombras, semen en los vestidos, pruebas de paternidad, gacelas, leones, yugulares rotas, mares negros, muertos, sucios, fríos, noticias… ¡basta! Una píldora salta hacia la panza, la panza la distribuye al cerebro. La victima cae en estado comatoso. Todos felices. Fin.

Les voy explicar que está pasando ahora: He regresado a Bogotá después de unas vacaciones en el mar y en las noches he querido volver a dormir como cuando viví en el mar, por lo tanto me pongo leer una nueva novela de Sandor Marai llamada La extraña, el tema es algo muy conocido por casi todo el mundo mortal, ¡la infidelidad! El protagonista fue infiel, y sincero, pero quiere que lo dejen en paz, olvidado, porque no quiere vivir con la misericordia ajena, y está estupefacto ante su nueva situación, rechazado, criticado y envidiado por todos, ¡todos pretenden ayudarlo a superar el evento trágico de su infidelidad!. El irónico y burlesco, es poético y profundo, es Sandor Marai.

La lirica de Marai me induce a imaginar el salón, el barco, los rostros, la piel, las voces de las personas que viven allí. En este cuadernillo verde claro, y con un solo gráfico pálido en el diseño de la portada. Cero imágenes, solo el mundo y los sonidos de las palabras y de las cosas que seas capaz de reconstruir. Treinta minutos de este ejercicio milenario y quedo profundamente dormido. Se disparan las alertas de los vendedores de somníferos, de los agentes de cables. Les arruiné su orden establecido, durante unas cuantas noches. Como aquel vendedor de pruebas de diabéticos que me encontré en un vuelo hacia Nueva York hace unos meses y que me conto con cierta felicidad que su trabajo tiene un mercado creciente por muchos años, porque varias generaciones de diabéticos espontáneos surgirán en la próxima década llegando a ser millones de personas en América. ¿El culpable? La comida rápida. Va creando victimas silenciosamente. El vendedor farmacéutico entonces es un ave rapiña, legal y exitoso y noble que vende un aparato para medir la sangre de personas enfermas Ese el mundo. Un arena, un circo de victimas. Victima de otras víctimas encapsuladas e inocentes.

Una admiradora me escribe. Dice que es una fanática. No me gusta el término, no lo acepto. Por eso me complace decir admiradora. Fanático es algo excesivo y grotesco como el gordo amarillo y tatuado que en televisión caza esos fantasmas que nadie ve, pero que él los licúa y los manda para otra parte, no sé bien a donde, y después cobra por eso. Yo también le pagaría por ese puré de sombras. No me gustan los fantasmas. La admiradora me dice que quiere leer mi libro, que lo ha comprado, pero que no sabe como leerlo, porque ella es muy floja para leer y no sabe por dónde empezar. Creo que no ha pasado de mi mini biografía que tiene cuatro líneas. ¿Alguien puede ayudar a leer a alguien por favor? ¿Alguien puede donar voluntad, apetito para leer, necesidad?. Deberíamos pagar por ello. Pero estamos empezando, se aceptan donaciones. ¿Le pregunto que porque es floja para leer? Me dice, con respeto, que lo que pasa es que hoy en día no es necesario leer un libro, existe el internet, donde puedes encontrar toda la información que quieres. Le digo: bien entonces no necesitaras hacer nunca más el amor. Porque en el internet encuentras toda la pornografía del mundo entero si quieres. Deja que otros hagan el amor por ti. ¿Para que practicar, correr el riesgo, viajar por ese placer, entrar a tu mundo propio, crearlo, para qué?. Si el cuerpo no sufre o goza determinadas experiencias, no será nunca un cuerpo real. Pero el internet y la televisión automática te protegen de eso. Mi tierna admiradora piensa que Los libros tienen dientes, colmillos. Tiene razón.

Si yo tuviera 45 minutos que gastar, me iría dulcemente a una fuente ¿verdad?

El proveedor de somníferos dice: ya tomamos medidas, hemos lanzado un genérico mucho más económico y que promete erradicar pesadillas y fantasías durante el sueño, rectificamos, durante el descanso.

¡Y nada El individuo sigue leyendo!

El agente de tv cable dice: Nosotros hemos dado un mes gratis de canales para adultos, no me explico con esas croatas en cueros quien va a leer a un viejo húngaro aburrido.

El mundo está perdido.
Leer Más!